Antes era una persona que vivía con el dinero justo, Me planificaba mes a mes, ya que no tenía un mínimo respaldo económico. Vivía el presente, sin ninguna previsión a medio o largo plazo, y esto hacía que, si me quedaba sin trabajo o me surgían imprevistos, ya me encontraba en serios problemas financieros.
Cuando uno ve que su cuenta bancaria empieza a bajar hasta los mínimos, que se ha metido en deudas y que no es capaz de generar ingresos es cuando el miedo, la desesperación y la urgencia se van apoderando de las decisiones que uno toma.
Hay algo claro en esta situación cuando tienes total mentalidad de empleado: “necesito encontrar un trabajo”. Primero uno empieza buscando algo que mínimamente le guste, pero si la situación aprieta uno termina aceptando trabajos que no le gustan o incluso da por válidas condiciones lamentables que rozan o traspasan la legalidad.
Sin dinero en el bolsillo, con la cuenta en números rojos y con la necesidad de ingresar un salario la capacidad de negociación a tu favor es realmente baja.
El colchón financiero, un aliado de confianza
Cuando estaba en esta situación de escasez empecé a preguntarme qué estaba haciendo mal. Ahí fue cuando comencé a estudiar sobre inteligencia financiera y me di cuenta que mi ignorancia era mayúscula. También fue un golpe duro darme cuenta que a lo largo de mi vida había facturado mucho dinero pero mi cuenta estaba en números rojos debido a mi nula planificación y pésima gestión de mis ingresos.
A partir de ahí me propuse hacer un plan para generarme un colchón económico o fondo de imprevistos. Esto es un dinero que tenemos ahorrado para hacer frente a imprevistos o contratiempos sin tener la necesidad de endeudarnos, pedir prestado o vivir en condiciones poco recomendables.
El motor de la tranquilidad
Tras unos años de previsión, sentido común y formación, pude crear un colchón de seguridad que me ha brindado diferentes ventajas, pero sobre todo un gran aprendizaje: con dinero a tus espaldas tú negocias mejor lo que quieres y lo que no en tu vida.
Cuanto mayor es tu colchón más éxito profesional fui experimentando, ya que me atrevía a ser más valiente, a honrar mis valores, a ser yo mismo de forma auténtica y a exigir lo que sentía que mi corazón me pedía dentro de mis parámetros.
Cuando tienes un colchón financiero desaparece completamente el miedo a que te echen del trabajo, se merma el efecto de lo que tu jefe piense de ti y uno se concentra en entregar el máximo valor sin necesidad de demostrar.
Y lo que es más bonito de esto es que como estás vibrando en la abundancia no vives con miedo a que te despidan, sino que mágicamente es cuando más oportunidades te van saliendo.
Como decía un gran maestro: «tus decisiones sellan tu destino y marcan tu camino».